El mundo entero sabe que México goza de una gran cultura, nuestro país tiene la fortuna de contar con diversos recursos, un clima excepcional, la flora y la fauna es inmensa y maravillosa, y no podemos dejar de lado las tierras que nos proporcionan materias primas con las cuales preparamos nuestras comidas y nuestras bebidas que son parte de nuestras tradiciones,
de nuestra cultura.
Uno de los aspectos culturales más importantes de nuestro país es, sin duda, su gastronomía que además de platillos incluye sus bebidas que espirituosas o no son tan diversas como nuestra cultura. Cabe mencionar que el término espirituoso surge en el siglo XIII, cuando los destiladores detectan la presencia de vapor en cada destilación interpretando que se obtiene la esencia y es espíritu de la materia prima procesada.
Hablar de las bebidas típicas mexicanas es hablar un poco de nosotros mismos, porque cada una de ellas, desde las aguas frescas hasta las representantes mundiales como el tequila y el mezcal, cuentan parte de la historia de las regiones que representan.
Hoy, nos enfocaremos a hablar de una de nuestras tradiciones más significativas… los destilados. En México, la mayoría de ellos provienen de los diferentes tipos de agave que se encuentran en todo el país. A través de ellos se obtienen diversas bebidas con ciertas características distinguiendo a cada una de las regiones que las produce. Además dejan ver la mezcla de culturas, es decir, la española y la indígena, ya que se producen con ingredientes autóctonos (el agave) con un proceso europeo… la destilación.
Como ejemplos, el agave azul del que se obtiene el tequila se produce principalmente en Jalisco al igual que la raicilla que tiene como base las variedades del agave lechuguilla y maximiliana; la variedad Dasylirion con el que se prepara el Sotol de Durango, Chihuahua y Coahuila; también está el agave Angustifolia con el que se produce el bacanora bebida típica de Sonora. El mezcal también es un destilado de agave que se elabora en nueve estados de la República Mexicana pero que a diferencia de los anteriores, para su elaboración se utilizan diversas variedades de magueyes entre las que destacan: maguey ancho, espadín, potosino, serrano y el cenizo.
No podemos dejar de lado los beneficios económicos para cada una de las regiones ya que el reposicionamiento del mezcal está siendo benéfico, pues fomenta la conservación de las prácticas artesanales y ancestrales de producción y el cuidado y conservación de las especies de las cuales se obtienen estas bebidas, generando recursos económicos considerables en todas las etapas de la cadena productiva.
Por tanto, la industria de las bebidas es en todo sentido un círculo virtuoso, los beneficios llegan a todos, a los que cosechan y cultivan el maguey, a los productores, a los comercializadores, a los consumidores y a los turistas que en un trago de cualquiera de las bebidas saborean la autenticidad, identidad, cultura, sustentabilidad y calidad de México.
Su tradición y calidad los ha llevado a cruzar fronteras y hoy el mundo puede disfrutar de este obsequio mexicano: los destilados de agave.